domingo, 22 de enero de 2017

El retorno de Da Vincin: ¡¡Nuevos cuadros y pintores!!


¡¡Hola, amig@s!! Este viernes hemos tenido una sorpresita nueva de Da Vinci. El tátara-tátara nieto de Leonardo Da Vinci. Pero de nuevo, no se ha dejado ver. Ha entrado en nuestro aulario sigilosamente, no sabemos cómo... Nadie le ha visto...
Y nos ha dejado esto:



Y ha dejado réplicas de un montón de cuadros famosos por todo el pasill. Estábamos todos alucinados yendo de allá para acá a ver los cuadros que había dejado por todo el aulario: profes y alumnos discutíamos desconcertados sobre cómo de nuevo, Da Vinci lo había vuelto a hacer. Nos había sorprendido de nuevo sin enterarnos y nos proponía un nuevo reto: Investigar la obra y el autor del cuadro que nos ha dejado a escondidas al lado de cada clase.








Da Vinci fue de lo más travieso y nos dejó primeramente la mitad de los cuadros a investigar. Y escondió la otra mitad detrás del cuadro. Hasta que uno de los peques de la profe Rocío de  las Jirafas de años de tres encontró otra escondida y se dio cuenta de que si juntaba las dos partes verían el cuadro completo. Entonces buscamos nosotros también la mitad de nuestro cuadro y efectivamente, los juntamos y por fin vimos el cuadro entero.




A los Mochuelos nos ha dejado un cuadro de lo más impactante:



Unos relojes que se derriten, parecen tan blandos... Y por qué? Es un misterio. Sólo sabemos que un tal o una tal Dalí pintó ese cuadro. Tenemos mucha curiosidad por saber cómo se llama el cuadro y qué significan todos esos relojes extrañamente blandos en un paisaje tan insólito y hermoso a la vez.

A los elefantes nos ha dejado una noche oscura y encantada llena de misterio, con pinceladas circulares de lo más misteriosas que nos llevan a un mundo mágico y galáctico y una única pista, su autor: Un tal o una tal Van Gogh. Mirad qué preciosidad:




A los Camaleones nos ha dejado un cuadro tan colorido como extraño y a la vez muy divertido. Al principio cuando sólo teníamos una mitad, ese cuadro nos parecían un montón de cosas. Una excavadora, un coche, un buzo... Mirad, mirad: ¿A que se parecía a todo eso?







 Pero finalmente cuando encontramos la otra parte y lo unimos, se formó una cara o una máscara asombrosa. No sabemos bien... Sólo su autor: Un tal o una tal... Miró.







Cuando ya estábamos tranquilos en clase comentando la misteriosa sorpresa del cuadro, de repente sonó el teléfono: Era Da Vinci, bueno, como dijo en su nota, le gusta que le llamen Da Vincín porque es pequeñín, jeje. Sí, sí, lo estáis oyendo bien. El mismísimo Da Vinchín, que es un poco pillín, al teléfono. Habló con cada una de las clases y se le oía de fondo decir que nos dejaba una nota de audio para todos.
¿Quereis escucharle? Aquí en directo, para tod@s...
¡¡DA VINCHÍN!!
Por fin oímos su voz.

Los Camaleones estaban desconcertados aún más que antes y de repente salieron la profe Rocío y la profe Esther y las dos sorprendidas se preguntarin la una a la otra si habían recibido ese particular mensaje. Y así fue. Se mostraron los mensajes de audio que había dejado DaVinchin. ¡¡los camaleones también tenían un audio de Davinchín!!
Y lo mismo a los Elefantes...
¡¡Qué fuerte!! los Corazones, las Cometas, Pandas, Jirafas, Leones y Girasoles!!! También tenían un audio de Davinchín!!
¡¡¿Lo has visto tú, lo he visto yo?!! No, no, no no. ¡¡Da Vinchin no está, dónde está, dónde está!! ya se fue, Y escapó!! ¡¡Ya huyó y sólo su voz nos dejó!!
¡¡¡Qué locura, qué diversión, Da Vincín ya la lió!!!
Con su "vocecita" a todos nos animó y en una nueva aventura nos embarcó.

Ay, Da Vincin, Davinchin, cuánto nos haces reír y cuando aprendemos gracias a ti!


¡¡Vamos a investigar!! ¿Nos ayudáis?


¡Hasta pronto!

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